Hay un salto interior que rescata la auténtica motivación y te conduce a una nueva línea temporal.

Tal vez te haya ocurrido alguna vez que has vivido una experiencia de alto impacto que te deja descolocado.

Son experiencias de shock que nos sacan del estado habitual y nos colocan en el lugar del observador atónito.

Es como si, al menos durante unos instantes, sintiéramos que se ha parado el tiempo y el sentido de la realidad queda trastocado.

También puede ocurrir cuando tenemos un sueño muy vívido y real.

Lo onírico y lo sensorial se confunden y nos trastoca el estado de conciencia cotidiano.

Esta especie de parálisis del flujo común de la experiencia, nos permite hacernos testigos por un momento de la irrealidad de esta realidad.

Cuando paramos esa poderosa identificación que vivimos con el maya y salimos por un momento, podemos ser testigos de este gran simulador. La realidad es un gran programa codificado que no nos hemos parado a descifrar.

En esta matriz, en este gran escenario, tenemos toda nuestra energía comprometida. Estamos absorbidos por la realidad de tal modo que somos zombis, seres con respuestas automatizadas en base a un manual de comportamiento que, insertado en el subconsciente, impide dar un salto hacia nuestra verdadera motivación, nuestras aspiraciones más altas. 

Cuando entendemos esto, vemos cómo esta energía comprometida deja incompletos e inhibidos muchos de nuestros deseos auténticos a base de creernos cosas que no somos capaces de creernos.

El programa biológico instaurado nos provoca una conducta de supervivencia, escasez y competitividad.

Como si hubiéramos nacido con una venda en los ojos.

¿Cómo sería comenzar una nueva simulación interna?

Darse cuenta es abrir una nueva ventana de la inteligencia. Es entender que podemos elegir “desde dónde” estamos mirando la realidad y nos estamos haciendo cargo de ella.

Al comprender como funciona este simulador, podemos activar la imaginación sentida para redefinir el programa. Es el primer paso para empezar a dar una nueva forma a toda esta sustancia.

La auténtica motivación

La auténtica motivación nace al escucharse en el lugar del auténtico deseo, en el puro presente.

Si prestas atención, la energía está disponible, la usas permanentemente para alimentar el programa de la matriz.

Confianza en uno mismo

Al darte cuenta, elevas la confianza en ti mismo y adoptas una nueva respuesta creativa.

Entonces se te hace presente la pregunta clave: ¿qué quiero manifestar?

Has abierto la puerta.

Comienza el camino de la desinhibición, hacia la alquimia final.

Un viaje de transformación que te hará despertar hacia tu propio potencial interno.

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DARSE CUENTA

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